V A L L E D E A O S T A
En las leyendas que se narran a la noche en los pueblos del Valle de Aosta, el amo diablo tiene mucho que ver y los montañeses se vanaglorian seguido de ser más astutos que él.
Uno de los más feroces adversarios del demonio fue San Martino, que dejó su nombre en un pueblito situado en la entrada del Valle.
Había una vez, en aquellos lugares, un pueblito de gente pobre que se contentaba con trabajar magros campitos. Pero un mal día, un huracán abatió con violencia y destruyó el molino del pueblito.
Fue una desgracia para todos los pobres pueblerinos. Enseguida el diablo fabricó uno bellísimo y pensó :-“ Tendrán que venir a mi si quieren moler el grano, y yo me apoderaré sin trabajo de sus almas”.
Pero había hecho las cuentas sin Martino. El Santo, a la noche, fabricó un molino de hielo tomado del glaciar. En las primeras luces de la mañana, el molino brillaba como un diamante. Furioso el diablo gritó : - “ Hagamos un cambio: yo te doy el mio y quiero el tuyo”. El cambio fue hecho.
Llegó el verano, el grano maduro tenía que ser molido. Pero el molino de hielo ya se había desarmado. Así todos fueron al molino de Martino y el diablo fue avergonzado y desilusionado.
Por su numerosos viajes, San Martino terminó con la capa toda rota. Llegó un día a Issime, era domingo y él entro a la iglesia para rezar, viendo aquella capa toda rota la gente se apartaba. Martino se dio cuenta y, para no molestar a nadie, tomó la capa y la apoyó .... en un rayo de sol que,
penetrando de la ventana, atravesaba la iglesia.
Aquella maravilla indujo a los pueblerinos a mirar a Martino con otros ojos y a acercarse a él, llenos de respeto y devoción.
¿QUIEN ES?
Todos conocemos la imagen de San Martín Caballero, montado en un caballo, vestido como soldado romano, mientras corta su capa con la espada para compartirla con un mendigo semidesnudo.
Pues bien. ¿Quien fue este santo, tan venerado en nuestro continente especialmente por los que se dedican al comercio? es San Martín, nacido en el año 316 y fallecido el 397, obispo de Tours, fundador del monacato en la Galilea y santo patrón de Francia. Martín era hijo de un tribuno militar romano, nació en Szombathely (en la actualidad Hungría) y se convirtió al cristianismo a los 10 años de edad. A los 15 años ya vestía el uniforme militar y llego a ser capitán del ejército imperial.
El hecho mas famoso de su vida: cuando todavía se desempeñaba como militar, un día de invierno, Martín se encontró por el camino con un pobre hombre, que estaba temblando de frió a causa de su escasa ropa. En ese momento Martín no llevaba nada más que regalarle, así que saco su espada y corto en dos partes su manto, y le dio la mitad al pobre.
Esa misma noche vio en sueños que nuestro señor Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que el había regalado al pobre y oyó que le decía: Martín, hoy me cubriste con tu manto>>. A raíz de esto, Martín se hizo bautizar, pues era catecúmeno, renuncio a seguir formando parte del ejército y viajo a Pointiers, donde fue discípulo de san Hilario, obispo de aquella diócesis.
San Martín en las supersticiones: la imagen de San Martín de Tours es muy utilizada por numerosos católicos, especialmente en los locales comerciales (negocios), como amuleto para atraer la buena suerte y la prosperidad económica. La imagen siempre esta acompañada de sábila, herraduras y otros objetos, a los que seguramente se le atribuyen los mismos poderes. Se trata, pues de una superstición. Y es que la imagen no tiene ningún poder.
El católico debe conocer que esta no es la enseñanza católica sobre las imágenes. Los católicos no creemos que las imágenes tengan algún poder o que tengan, por si solas, alguna propiedad milagrosa.
Como venerar a San Martín: una vez que sabemos esto, no vamos a tirar las imágenes de los santos, como hacen los que ya no son católicos. Vamos a venerar las imágenes de los santos sabiendo a quienes representan. Ya no vamos a pensar que tienen el poder de darnos la prosperidad económica y el éxito en los negocios.
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